El otro día me venía yo tranquilamente en el coche algo morriñenta y decidí ponerme algo de música que me acompañara en esos 40 km y me evadiera de mi morriña. Ya sé que es algo cotidiano y que no tiene nada de particular, pero en mi caso se juntaban un par de circunstancias, que conducir para mi desde hace un tiempo no es algo tan cotidiano y menos trayectos tan "largos" y que al hacer tan poco uso de mi coche no sabía la música que tenía en él, es más, no sabia ni si tenía alguna. Así que puestos a rebuscar y mas rebuscar apareció un pen, (que manía la mía de comprar los mas minis), así que tocaba aventurarse, cruzando los dedos para que la música no fuera de mi peque, algo más que probable ya que desde que puede ser copiloto yo no tengo la potestad sobre la radio, así que allá voy...... y hubo suerte, era el último disco de Malú.
Lo primero que hice al reconocer lo que era fue poner directamente las dos canciones que más me gustan de este disco para después ya tranquilamente escucharlo entero. Y escuchando, escuchando, pues me puse a pensar, nada profundo, si no de esas cosas que piensas cuando la mente va relajada y tiene ganas de poner a trabajar las neuronas.
No soy una persona nada fanática, no lo he sido nunca, no me desgarro las vestiduras por ningún cantante, ni tampoco de las que me quedo colgada por "guapos". Me gusta la música y de lo más variado, me encanta Prince o Bruce Springsteen, pero también puedo ponerme a soltar gallos como una descosida cantando con la música de Rocío Jurado o Raphael, (menuda mezcla no? :p), también hay artistas que me gustan discos concretos o incluso solo canciones sueltas. Vamos, que supongo que como nos pasará a todos, no creo estar contando nada raro para ninguno.
Pero si hay artistas que nos tocan más porque parecen sentir o estar pasando por lo mismo que nosotros en el momento que sacan dicho disco, eso me pasó en una etapa con Alejandro Fernandez, y sigue teniendo el que para mi, emocionalmente hablando, será siempre mi disco imprescindible.
Pero si hay alguien que disco tras disco parece simbiotizarse conmigo es Malú, en cada disco siempre hay un par de canciones como mínimo que podría haberlas escrito yo, simplemente pensaba en eso, en lo que nos llevamos de la mano en nuestro viaje vital como buenos compañeros cierta música. En lo que nos puede ayudar emocionalmente, ya no solo levantando nuestro ánimo, divertirnos, alegrarnos,.........si no como puede ayudarnos a ordenar esos sentimientos, emociones o pensamientos, que tenemos revueltos en nuestra mente hasta conseguir encajarlos todos, como un puzzle, en el momento que ellos lo exponen con esas letras, e incluso así poder expresar a los demás claramente todo eso que pensamos. No se si será falta de verborrea o falta de imaginación pero a mí personalmente Malú me supone una gran ayuda :)
Hoy quiero dejaros una canción que escuche hace un par de meses en el último concierto de Malú, una canción que si bien me gustó cuando la escuche, no dejaba de ser una más del disco, fue su manera de cantarla en directo, el sentimiento puesto, o el no se qué pero el caso es que me "tocó" mucho, hasta el punto de escucharla constantemente, una canción compuesta por Dani Martín, y hoy quiero compartirla con vosotros en la versión acústica.
Mil bicos!