lunes, 22 de diciembre de 2014

Circunstancias



Hoy, día de nuestra lotería más importante del año, sigo igual de pobre, pero a la vez más rica que nunca porque tengo salud. Ese es el tópico no? jaja
Pero el caso es que eso que decimos por rutina, por la "gracia del no se consuela quien no quiere" es una gran verdad. Pensar en ello ha sido traerme una de las historias que me contaron la semana pasada. En mi trabajo mantengo contacto telefónico con una serie de clientes a lo largo del día y una de las historias que me contó uno en concreto me dejo impresionada, ya no sólo por la historia y por el cúmulo de circunstancias, si no también por el tono de voz y la forma de contármelo.
Este señor, de unos 50 años aproximadamente, vivía bien, con una buena profesión que le permitía vivir en una casa a las afueras de una gran ciudad. Ese día, él no tenía que volver tan tarde a casa pero ahí fue donde comenzaron las casualidades, no diré fatídica porque si él pudiera leerlo seguro que me diría que no son tan fatídicas, comenzó el camino de retorno en su moto, por la ya más solitaria que de costumbre carretera debido a esas horas, cuando perdió el control de la moto y tuvo un accidente, el casco salió disparado. Así me lo contaba él con una tranquilidad que te envolvía en la historia. La siguiente circunstancia fue que ese accidente ocurrió cerca de una parada de bus, una de las pocas que hay en ese trayecto, y la siguiente circunstancia fue que pese a las horas que eran se encontraba una persona esperando el bus. Y la siguiente gran circunstancia fue que esa única persona que se encontraba allí era médico.  Así fue como me dijo la primera frase que me sobrecogió por la intensidad con que me la dijo. "Yo sé que estoy vivo gracias a él, si no estuviese allí, yo estaría muerto".
Y continuó relatandome la historia, como ya en el hospital donde trabajaba su mujer, y con médicos que eran compañeros, le contaron justamente a la familia que se preparasen para lo peor porque los daños habían sido muy grandes. Pero a pesar de todo y con mucho esfuerzo salió adelante. Sí, le quedaron secuelas, quizás la más grande es que se había quedado ciego. Continuando la conversación, haciéndole ver que lamentaba lo que le había ocurrido, fue cuando me dijo la segunda frase, la que más me impresionó, porque con toda su serenidad y sonaba realmente convencido de lo que decía, me dijo: "He perdido la facultad de ver con mis ojos pero ahora consigo ver con el corazón".
Suena a frase de película, pero es que a veces la realidad supera a la ficción, ese señor había aprendido a dar las gracias a las circunstancias o a las casualidades, y fue capaz de recomponer su vida, sin recrearse en su desgracia, sabiendo ver de la manera que realmente más llena. Y él era feliz.

Se lo dije en su momento a él, pero le agradezco su historia, porque sigue siendo un golpetazo de realidad que ayuda a ver realmente lo afortunados que somos pese a que todos los días acabamos "gruñendo" por algo que nos ha ocurrido y que si pudiéramos mirarlo fríamente seguro que no tiene tanta importancia. 
Vivir y sobre todo disfrutar del momento.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Vivir y sobre todo disfrutar, es el secreto. Aunque suene a tópico también, no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, aunque por otro lado, nunca es tarde para hacerlo ¿no?. Yo cuando era chica, siempre me quejaba de lo pequeña que soy y de lo delgada y que mis amigas eran más todo, todo y todo, y aunque nunca he tenído la capacidad de envidiar a nadie por nada, sí que me hubiera gustado tener un poquito "más de cuerpo". De toda la vida, he comido "como una lima", palabras textuales de quiénes están a mi lado y cuando me quedé embarazada y me diagnosticaron diabetes gestacional, tuve que llevar una dieta súper rigurosa, midiendo cada farináceo y llevando el pesito de alimentos en mi bolso hasta si salía a comer a casa de mi madre. Fíjate, qué tontería, en comparación con la historia de este señor al que mencionas en esta entrada (que por cierto me encanta), pero ahí me di cuenta de que tengo la mayor suerte del mundo por comer lo que a mí me de la gana, sin tener colesterol, diabetes, kilos de más... (entre lágrima y lágrima porque tú sabes que hasta llegué a llorar por hambre jajaja) y eso, es un pequeño tesoro. Y como eso, todo, todo lo que tenemos y no vemos o no nos damos cuenta, y ¿sabes una cosa? a pesar de estar diciendo esto en tú entrada, seguramente a lo largo del día, acabaré "gruñendo" por una tontería... simplemente porque el ser humano somos así, pero intentaré recordar la historia de este señor que a mí me ha fascinado, verdaderamente. Y después del parrafazo que te acabo de soltar, te mando millones (pero millones eh?) de besitos gigantes. FELIZ NAVIDAD !!!!

Unknown dijo...

Yo también empezare con un tópico " quien no se consuela es porque no quiere", pero lo que si es cierto que sean las circunstancias o el destino, las cosas no las aprecios hasta que las perdemos o no las conseguimos, lo que si es verdad que tendríamos que pensar mas en disfrutar de las cosas cuando nos vengan y como nos vengan y sobre todo tendríamos que amoldarnos a las circusntacias en todo momento para disfrutar mas de la vida, yo no se como reaccionaria si me pasara algo como a esta persona, pero lo que si se que este hombre sabe disfrutar de lo que tiene y le saca el lado positivo a sus circunstancias
PD: Menudo royo estoy dando,pero en resumen no hay mal que por bien no venga solo hay que saber ver el lado positivo para vivir feliz
FELIZ NAVIDAD¡¡¡¡¡¡¡¡¡