miércoles, 13 de abril de 2011

Ventana al océano

Ventana al océano

Se dice que no solemos apreciar lo que tenemos y tal vez no falta razón en eso....aunque espero que no haya que llegar al punto de perderlo para poder apreciarlo, lo mejor es sacarle partido a todo al máximo y hablo tanto de ese pantalón o vestido que nos sienta tan bien aunque los demás no lo vean así, como de las personas, esas que tanto queremos y tantas veces dejamos de decirles lo importantes que son para nosotros, no perder la oportunidad de un abrazo o un te quiero a tiempo....

Pero la idea de hoy no era ponerme sentimental, en concreto hablaba de nuestras ciudades.....tal vez estemos tan acostumbrados a verlas que no apreciamos todos sus rincones e incluso nos hemos sorprendido cuando algún turista o algún amigo viene a visitarnos y nos hablan o preguntan por alguno de esos rincones e intentamos disimular nuestro desconocimiento.
No voy a elogiar mi ciudad, no sería neutral, me encanta y dudo mucho que pudiera vivir en algún otro lugar que no sea este, rodeada de mi mar.....pero si os voy a presentar mi lugar preferido dentro de mi ciudad...

En días como hoy, que la jornada laboral ha sido más dura de lo habitual, suelo coger el camino más largo hacia casa, recorriendo en coche la parte menos frecuentada del paseo marítimo, sus adoquines en lugar de asfalto ya obligan a ir despacio disfrutando del paisaje, con esas vistas al océano.... y me paro frente a esa ventana en granito, una ventana con vistas a la inmensidad.... mirando a través de ella mis pensamientos se enlazan entre si, con un comienzo pero sin un fin, al igual que el horizonte.... no busco soluciones, ni aclarar ideas, sólo tener esa sensación de que mis pensamientos se desprenden de mi, abandonando mi cuerpo, dejándome ligera..... como si quisieran hacer un viaje astral ávidos de nuevas sensaciones, nuevos lugares, otras dimensiones, viajar a través del universo....... y de pronto, un claxon, una ráfaga de aire....algo hace que todo ello vuelva a formar parte del todo, pero cuando eso sucede, mis pensamientos han vuelto también ligeros, algunos tal vez se han perdido en esa inmensidad.... pero es en ese momento cuando te sientes en paz, cuando consigues esa tranquilidad interior que te da las fuerzas necesarias para continuar con la rutina diaria.....llave en el contacto, arrancas con una sonrisa de placidez en la cara y echas un último vistazo a esa ventana al oceano, sabiendo que pronto volverás a asomarte.....

1 comentario:

Morrigan Mathy dijo...

Cuando las cosas no van muy bién por mi azotea, suelo intentar escaparme al dentro de mi ciudad, por las callejuelas estrechas del barrio del Carmen, hasta llegar a éste sitio (http://4.bp.blogspot.com/_9TK9lxSN_2I/SYFj702ZN3I/AAAAAAAAAcs/p0k5l0iV8uI/s400/Rinc%25C3%25B3n%2Bde%2Bmi%2Btierra%2B3.jpg) Un pequeño portal donde cuenta la historia que San Vicente Ferrer, patrón de Valencia, hizo uno de sus milagros... (Portal de Valldigna).
No es el sitio en si, ni lo que dicen que pasó allí, si no la mágia de las calles estrechas y las casas antiguas en una ciudad que cada vez tiene más gente viviendo en ella. Para mi, es uno de mis lugares preferidos... y hoy lo comparto contigo... Ojalá todo aquello que te preocupe desaparezca entre las calles de la ciudad, o se lo lleve la brisa fresca del mar.
Un besazo y Buenos dias!!